Imagínate: una supercarretera a Oaxaca
Imagínate: una supercarretera a Oaxaca
Foto: Ernesto J. Torres
Parecía una buena idea: una carretera que partiera de la Costa, cerca de Puerto Escondido, y que te llevaría a Oaxaca en menos de la mitad del tiempo actual, cortando montañas y construyendo túneles y puentes. La Supercarretera, así se nombró, sería una autopista de 104 km entre Ventanilla, Santa María Colotepec y Barranca Larga, Ejutla. Al sur conectaría con la carretera Costera 200, con Huatulco al este y con Puerto Escondido al oeste. Al norte, se uniría a la carretera 175 a Oaxaca.
Los beneficios eran obvios, sería una bendición turística para el Estado. Podrías visitar las pirámides de Monte Albán y disfrutar la puesta de sol sobre el Pacífico el mismo día. Para quienes viven en Puerto Escondido, significaría estar a solo 2 horas y media de tiendas, clínicas y eventos culturales. Para muchos representaría la posibilidad de visitar a familiares que viven en regiones remotas del estado.
El plan era que la supercarretera fuera una inversión conjunta federal y privada, con un tiempo de construcción de dos años. La concesión de 30 años que incluía el peaje de las casetas se dio al Grupo Omega en 2008. Para 2011 renunció a ella. La constructora ICA la recibió en 2012 y la cedió en 2016. Ahora, después de 8 años de construcción, la carretera está medio terminada y en condiciones deplorables. Nadie sabe cuando se empezará la construcción de nuevo.
En 2015, el equipo de ¡Viva Puerto! pudo viajar desde Ventanilla a Barranca Larga en aproximadamente 5 horas, incluyendo desvíos entre túneles y puentes en construcción (o inexistentes todavía). Ya para octubre de 2017, no pudimos siquiera acercarnos al primer túnel (Santa Martha). A solo 14 km del puente de Colotepec (18 km del túnel) la bóveda sobre la que se apoyaba el camino colapsó. No había forma de cruzar la brecha con nuestro vehículo todoterreno. Pero pudimos sacar buenas fotos con un dron.
La parte más triste de la obra en Colotepec son los deslaves sobre la carretera “terminada”. Nos hizo cuestionar la competencia de los ingenieros de ICA, o tal vez fue la complicada geología de la región. En la lucha interminable del hombre contra la naturaleza, ésta nos está ganando el round.
En noviembre de 2017, nos aventuramos a San Pablo Coatlán, un viaje de 5 horas por las montañas, casi todo sobre caminos de terracería. Nos tomó dos horas solo para transitar el tramo de 44 km desde la entrada de la carretera Costera rumbo a la cabecera de Santa María Colotepec hasta Santa Martha Loxicha, la primera población importante después de Colotepec. Rodeamos numerosos deslaves y baches profundos en los 27 kilómetros de camino escabroso entre los dos pueblos.
Foto: Barbara Joan Schaffer
Los siguientes 53 kilómetros fueron pan comido. El camino de terracería entre Santa Martha y San Baltazar Loxicha y de ahí a San Pablo Coatlán se encuentra en excelentes condiciones. El punto culminante de nuestro viaje fue la franja de 35 kilómetros sobre empinadas montañas y desfiladeros con paisajes maravillosos entre San Baltazar y San Francisco Coatlán. Esta parte del viaje nos tomó casi tres horas (manejando despacito).
Foto: Barbara Joan Schaffer
Llegamos a San Pablo después de un rápido almuerzo en San Francisco y fuimos a buscar la Supercarretera, pero ¡oh sorpresa!, ¡no había nada!, si no fuera por una piedra con el número 135+ pintado en azul —una marca de ICA indicando que la distancia a Barranca Larga es de 35 km—, nunca hubiera creído que hace tan solo dos años, este lugar había sido una de las principales zonas de construcción, repleta de maquinaria pesada, y que habíamos conducido desde ahí hasta el final del proyecto donde se unía a la carretera 175 en Ejutla. Dudé de mi memoria sobre el trayecto de 35 km que realicé en septiembre de 2015, pero los lugareños me aseguraron que era verdad, ellos hacían el recorrido los sábados en la tarde y los domingos cuando paraba la construcción.
ES COMPLICADO
Foto: Ernesto J. Torres
“Si lo construimos, vendrán” puede que explique el pensar de la construcción de vías de acceso a la autopista que empezó en noviembre. Estos accesos los están construyendo las comunidades locales con financiamiento estatal de CAO. Uno va a conectar a San Francisco y San Pablo con un entronque de la autopista, otro conectará a San Sebastián Coatlán con El Gavilán, un pueblo a 5 km al sur, donde habrá un entronque a la autopista que no estaba incluido en el plan original.
A pesar de esta actividad, no han llegado inversionistas que quieran hacerse cargo de la concesión que ICA desechó en julio de 2016. Uno de los problemas es que quien la obtenga también obtiene las deudas de ICA. Según los informes de prensa, ICA debe dinero a tres compañías constructoras y a trabajadores sindicalizados. ICA también suscribió convenios para compensar a varias comunidades por caminos de servicio, destrucción del medio ambiente y zonas de construcción fuera de la autopista. Estos acuerdos también se tienen que cumplir.
También existe el problema de los seis kilómetros cerca de San Pablo que incluirán un túnel a través de las montañas. Las dos comunidades de San Francisco Coatlán y San Sebastián Coatlán reclaman la propiedad de esta tierra. El Tribunal Agrario en Oaxaca es quien deberá resolver el conflicto. El Tribunal mandó a un actuario para realizar una inspección del área en cuestión en 2015, según los Bienes Comunales de San Sebastián. Hasta hoy, no se ha dictado ninguna resolución.
La buena noticia es que el delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes anunció en julio pasado que la autopista estará terminada en 18 meses. El reloj sigue avanzando.
