Los Xiches - una cuestión de sobrevivencia
Floriberto Vasquez Ruiz es ganador del Premio Nacional de la Juventud Indígena del Medio Ambiente (2008) y es consultor en turismo sostenible y desarrollo comunitario.
Los xiches son la gente de las montañas arriba de la costa este de Oaxaca. Su lengua es una de las 60 variedades de zapoteco, también se llama xiche. Hoy en día, los xiches habitan los municipios de Candelaria Loxicha, San Agustín Loxicha, San Baltazar Loxicha, San Bartolomé Loxicha y Santa Catarina Loxicha; aunque muchos ya se han trasladado a Santo Domingo de Morelos, Santa María Tonameca, San Pedro Pochutla y Santa María Colotepec, además de ir hasta el D.F. y EU.
Mi familia es nativa de San Agustín Loxicha, pero me crié en Santa María Tonameca, donde mis padres fueron maestros bilingües (zapoteco y español) en la escuela primaria. Después de hacer mi carrera en la UMAR en administración turística, trabajé en el cooperativo de la Red de los Humedales en Ventanilla, Tonameca. De ahí aprendí cómo es trabajar para la comunidad y las posibilidades de crear opciones para compartir nuestra cultura y tierra con gente de afuera en beneficio de todos.
Ahora he regresado a la tierra de mis padres y de mis abuelos, donde encuentro un medio ambiente conservado y protegido, donde el agua de los ríos es abundante y limpia y los venados, conejos, tigrillos, onzas y serpientes abundan en los bosques; pero la gente del campo no anda tan bien como la naturaleza.
El mayor problema es la migración de los jóvenes que buscan la oportunidad de una vida mejor: tener troque, casa de cemento, televisiones, teléfonos celular etc. La mayoría de estos jóvenes quieren regresar a su pueblo después de alcanzar sus sueños materiales. Mientras tanto el pueblo se va empobreciendo por el abandono del campo, y no ayuda que las carreteras son de terracería, en mal estado, con muchos hoyos. En temporada de lluvia son intransitables.El campo está abandonado, y por primera vez no hay alimentos y la gente sufre de mala alimentación. Para que los pueblos no desaparezcan es urgente que se encuentren las fuentes del empleo que permitan una ganancia suficiente para el estilo de vida que corresponde al siglo xxi.
Lo que hago ahora es trabajar con las mujeres y con las jóvenes para hacer proyectos empresariales como cultivos de flores y ecoturismo de senderos en montañas con cabañas. También es importante apoyar a los jóvenes para que estudien una carrera. Sólo así vamos a tener pueblos en camino de desarrollo, sin perder nuestro idioma e identidad.
Bien sabemos que el mundo moderno no tiene todas las respuestas, y que también tenemos mucho que ofrecer a las personas como modelo de autosuficiencia y convivencia.