La historia de la Virgen de Juquila
En 1552, el fraile dominicano Jordán de Santa Catalina llegó a Oaxaca, trayendo consigo de España una pequeña imagen tallada de la Virgen. El fraile tuvo a su servicio un joven, cuyo nombre está perdido en la historia, quien fue nativo de Amialtepec. Cuando el joven regresó a su pueblo, el fraile le regaló esta imagen de solo 30 cm.
Por los años, la imagen de la Virgen se hizo un objeto de veneración para la gente de Amialtepec y los pueblos vecinos porque tenia fama de conceder las peticiones. La imagen se hizo tan popular que en el año 1633el sacerdote de Juquila, don Jacinto Escudero le hizo que se trasladara de la casa rústica a una iglesia igual de rústica. Pero después hubo un incendio grande a causa de la quema de los bosques para preparar los campos para la siembra. El viento trajo el fuego al pueblo y todo fue destruido incluso la iglesia hecha de zacate y cañuela. Milagrosamente, la imagen de la Virgen sobrevivió con los vestidos y cabello intactos, sólo el rostro estaba ennegrecido y con algunas ampollas.
Los devotos chatinos intentaron retocarla, pero sin éxito. Entonces entendieron que ella deseaba tomar el color moreno de esta etnia.
Ahora la Virgen milagrosa trajo tanta fama y dinero a Amialtepec que don Jacinto decidió llevarla a Juquila. Pero después de unos días desapareció de la iglesia y se encontró en Amialtepec de nuevo. La gente de Juquila dijo que fue un robo, la de Amialtepec dijo que fue milagro. Por segunda vez el sacerdote fue por la Virgen y volvió con ella a Juquila, y otra vez hubo el regreso milagroso a Amialtepec. Cuando este traslado ocurrió por tercera vez la Virgen se quedó en Amialtepec.
No fue hasta 1719, cuando el obispo firmó un edicto, que se trasladó definitivamente a Juquila de donde nunca más salió.
Fuente: Erasmo Guzmán Ventura, Juquila, memorias de mi pueblo. Conaculta, Puerto Escondido, 2010.
La coronación de la Virgen de Juquila
La coronación pontificia de la virgen de Juquila el 8 de octubre es parte de una tradición. Unas 26 imágenes de la Virgen en México han recibido este honor desde que la Virgen de Guadalupe fue coronada en 1895. Más de dos millones de peregrinos visitan a Juquila cada año.
Fue un gran evento en Juquila que incluyó la Orquesta Sinfónica de Oaxaca. El Nuncio Apostólico, Christophe Pierre representó al Papa Francisco. El pavimento fue terminado en la carretera que conecta Río Grande a Juquila. (El santuario ya está a sólo dos horas de Puerto.)
El obispo de Puerto Escondido, Pedro Vázquez Villalobos, explica –Los mexicanos somos muy marianos porque el ser más importante para nosotros es nuestra mamá. Nuestra mamá es el ser que nos saca adelante mucho más que nuestro papá. Nuestra madre es el centro de la unión en la familia–. Nota que cuando queremos algo de nuestro papá, pedimos la ayuda de la mamá. –La madre del cielo es la gran intercesora–. Dice que sin el culto de la Virgen no habría la iglesia en México. Pero, enfatiza, –La devoción a la Virgen nos lleva a Jesucristo para que hagamos lo que él nos dice–.
El 8 de diciembre, el día de la Virgen de Juquila, es cuando hay la mayor afluencia de peregrinos –llegan en autobús, coche, bici y a pie–. El santuario también recibe mucha gente en los puentes y las vacaciones escolares. Nos perdimos la experiencia de visitar a Juquila con miles de personas por ir un jueves de septiembre.
La ruta de los peregrinos de Juquila a Puerto
Los devotos han viajado a Juquila a pie durante cientos de años, pero la peregrinación al santuario de la Inmaculada Virgen de la Concepción parece haber cobrado popularidad en los años cincuenta. Un añejo habitante de Puerto y nativo de Oaxaca cuenta cómo en 1952, a la edad de 20, agarró camino el 3 de diciembre con un grupo de amigos para hacer el viaje.
Se ilumina la cara del viejo cuando recuerda esos días felices de caminar junto con otros miles, en su mayoría jóvenes, de Zimatlán a Juquila. “Eran puras veredas”, dijo, y para cruzar el Río Juchatengo había que pagar veinte centavos para rentar un caballo o pasar en canoa. Mientras caminaban, los peregrinos cantaban canciones a la Virgen. Cargaban consigo sus provisiones y ropa de cama, pero la gente de los pueblos también les ofrecían comida, agua y un lugar dónde dormir.
El viaje tomaba cuatro días. La primera parada era en Ayoquezco de Aldama; la segunda noche era en Sola de Vega, la tercera en Juchatengo y la cuarta en El Pedimento. Los peregrinos llegaban a Juquila al amanecer del 7 de diciembre.
Antes de que la carretera federal 131 estuviera terminada como camino de terracería (no fue pavimentada sino hasta 1997) que conecta Oaxaca con Sola de Vega y Puerto Escondido, casi todo el transporte de gente y bienes era en burro, atravesando angostas veredas entre las montañas. El café de la sierra llegaba a Nopala en burro y luego era llevado en camión por una carretera de tierra de un solo carril (el antiguo Camino Real) a San Pedro y Chila para llegar a Puerto donde era embarcado. (Un pequeño aeropuerto se abrió en San Pedro en 1937 con vuelos de pasajeros a Oaxaca). No hubo carretera en el tramo entre Juquila y El Vidrio en la 131 sino hasta 1966. Pero para 1970, autobuses, carros y colectivos traían a los peregrinos de Juquila a Puerto, sentando los cimientos del turismo a nuestra ciudad.
Los primeros visitantes a Puerto encontraron alojamiento en casas privadas, algunas de las cuales luego se convirtieron en hoteles. Trajeron su comida consigo, como algunos todavía lo hacen, pero pronto también estaban comiendo en los primeros restauranes de Puerto. Incluso ahora, según las autoridades Municipales y Estatales en materia de turismo, la mayor parte de los visitantes a Puerto viene de Juquila.
Hoy en día los peregrinos a Juquila llegan principalmente por autobús desde Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, el Estado de México, Guerrero y D.F. Típicamente el organizador de la excursión es alguien de la comunidad cuyo único beneficio es un viaje gratis. Sus vecinos van apartando dinero cada semana o mes, y la organizadora alquila el camión. O podría ser que el dueño del autobús es quien organiza. En caso de los boleros de Oaxaca, el sindicato organiza la excursión con la contribución de los trabajadores semana con semana.
Normalmente los grupos pasan una o dos noches en Puerto y luego pueden continuar hasta Huatulco (en años recientes han brotado varios hoteles económicos allá). Según los números de DataTur del gobierno Federal, Puerto recibió 243,723 visitantes que se quedaron una sola noche, pero DataTur también dice que la ciudad tan solo cuenta con 2,072 habitaciones de hotel. La realidad es que la mayoría de los visitantes no se queda en alojamientos con licencia. Cuando un autobús se detiene frente a un hotel, llega gente con habitaciones en renta o incluso con hoteles “escondidos” para negociar con el organizador del grupo. Si no se es quisquilloso respecto a cosas como sábanas limpias, se puede conseguir un cuarto para cuatro personas hasta por 150 pesos la noche. Sí eso es demasiado siempre se puede dormir adentro de, o junto a el camión.
En el otro extremo, hay grupos familiares que llegan en autobuses provenientes de tan lejos como Nuevo León y Zacatecas y que se quedan en hoteles de lujo como el Villa Sol y el Santa Fe. Sus viajes son organizados a través de agencias de viajes especializadas en excursiones en autobús. El operador de un grupo que venía de Zacatecas informó que sus pasajeros, quienes se alojaban dos noches en el Santa Fe antes de ir dos noches a Huatulco, eran una familia que viajaba a un lugar distinto de México cada año. La manejada había sido de 30 horas, sin parar, por San Luis Obispo y Puebla. El pobre tipo todavía se estaba recuperando del shock de atravesar manejando la sierra de Oaxaca a Puerto. “Tantas curvas”, señaló.
Las atracciones principales en Puerto para los turistas de autobús son un día en playa Puerto Angelito y una noche en el Adoquín. Un día, en julio, había alrededor de 20 autobuses estacionados en Puerto Angelito.