Mazunte: otra esquina del paraíso


Mazunte, calle principal
Mazunte, calle principal

Me encontraba sufriendo de envidia a los turistas. Puerto Escondido es obviamente un paraíso para los visitantes; se ven tan felices y relajados. Pero cuando uno vive aquí, no es más que casa. Así que decidí tomar unas vacaciones en Mazunte.

Mientras que hay un puñado de pequeños hoteles de lujo con albercas y aire acondicionado en los cerros (el Zoa cobra entre $280 y $300 dólares la noche), los hoteles y hostales cerca de la playa son muy accesibles: 100 pesos la noche por una habitación en un hostal sin baño privado.

Posada del Arquitecto, Mazunte
Posada del Arquitecto, Mazunte

Elegí la Posada del Arquitecto en playa Rinconcito. Por 450 pesos la noche (550 en temporada alta) tenía una habitación con doble cama, pabellón para mosquitos, ventilador y una gran terraza con hamaca. Ya que el hotel está construido al contorno del cerro, todas las habitaciones están a niveles distintos. Me encantó.

Un capuchino en el café/bar junto a la playa en el mismo hotel cuesta tan sólo 15 pesos, pero la mayor parte de la gente favorece la cerveza. Al otro lado de la calle está, más elegante, Estrella Fugaz (capuchino 25 pesos). A unos cuantos pasos sobre la misma calle hay tiendas de abarrotes y una pastelería argentina. El restaurante italiano, Sahuaro, al otro lado del hotel, es excelente para cenar.

Mazunte beach
Mazunte beach

Mientras que yo alternaba entre la tranquilidad de playa Rinconcito y la hamaca, Lalo Romero, fotógrafo de ¡Viva Puerto!, estaba ocupado cubriendo la competencia de skimboard en la playa principal (ver artículo). En la caminata de cinco minutos por la calle Rinconcito a la calle principal, descubrimos Armadillo, una galería de arte y restaurante.

El artista y escultor Raúl Ávila, el dueño de Armadillo, ha vivido en Mazunte desde 1995 y tiene muchas historias que contar con un mezcal. Otra experiencia de turista: ¡salir a beber todas las noches!

Punta Cometa, una reserva ecológica en las afueras de Mazunte, es famosa por sus puestas de sol. También ofrece una probadita de cómo lucía la mayor parte de la costa antes de que fuera talada: un denso bosque de arbustos y espinas. Una visita obligada.

Mazunte atrae a viajeros jóvenes mexicanos y extranjeros, la mayoría de los cuales se quedan por dos o tres noches o para siempre, Después de tres noches, yo también estaba lista para seguir mi camino, pero no sin antes visitar San Agustinillo. Este pueblo vecino con playa atrae a un grupo más maduro, y México, ¡Qué Lindo! es el lugar para comer y pasar el rato sobre una hamaca.

De regreso a Puerto paramos en Ventanilla, un pueblo pequeño dedicado al ecoturismo. Esta fue mi cuarta visita en seis años a la laguna, y quedé muy sorprendida al ver la devastación a los manglares traída por el huracán Carlota este pasado junio. Pero los cocodrilos aún están en el agua y las aves vuelan en parvada al final de la tarde. Si va, asegúrese de tomar un paseo en panga con el Centro Ecoturístico; la oficina que vende los boletos está de lado izquierdo. Hay un operador turístico al otro lado de la calle, pero ese tour no tiene acceso al centro para visitantes en la laguna.

Para llegar allí: Se hace menos de una hora en coche de Puerto a Mazunte. Tome la Carretera Costera hacia el este (rumbo a Huatulco). La desviación hacia Mazunte está bien señalizada. O tome cualquier autobús que vaya a Pochutla y bájese en San Antonio. De allí puede tomar un colectivo o taxi.

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