Una expedición al fin de la Supercarretera
Éramos cuatro los que emprendimos el camino a las 5:30 a.m. el 24 de enero para hacer la travesía de cinco horas a San Pablo Coatlán, el cuarto entronque de la supercarretera. (El primer entronque desde Puerto Escondido está en Ventanilla, Colotepec, el segundo en Santa María Colotepec y el tercero en San Antonio Lalana (ver ¡Viva Puerto! #11)). La comitiva incluía al fotógrafo Lalo Romero, nuestro chofer Marcial y su esposa María. El vehículo era una camioneta pickup que usualmente sirve como colectivo llevando pasajeros de la Barra de Navidad al mercado.
Seguimos el mismo camino de tierra a través de las montañas que ICA (la compañía que construye la carretera) usa para traer su maquinaria y el acceso era ancho y con buen mantenimiento. La ruta nos llevó a atravesar Santa María Colotepec, Santa Martha Loxicha, San Baltazar Loxicha, y Santa Catarina Loxicha. El punto alto (en sentido literal y figurado) del viaje fue la vista admirable e imponente, a alrededor de unos 1,400 metros sobre el nivel del mar, de la Sierra Madre del Sur desde la cresta del Cerro Flores en Santa Catarina.
El bullicioso pueblo de San Pablo Coatlán con una población de 2007 habitantes, es tanto la cabecera municipal del municipio epónimo como la comunidad más grande de este. También es el que más se podría beneficiar de la autopista, ya que será el entronque principal para San Gerónimo y San Sebastián al oeste y Miahuatlán al este. Por el momento sólo hay caminos de terracería conectando a San Pablo con sus vecinos pero, según el presidente municipal Abraham López Martínez, existe un plan para construir una autopista estatal que atravesará San Pablo en los próximos cinco años y que conectará a Miahuatlán en la carretera 175 con la carretera 131 cerca de la entrada de Juquila. Además de abrir la región, también sería una bendición para el turismo en Puerto. Tomaría tan sólo 40 minutos llegar a San Pablo por la supercarretera y luego una hora más para llegar a Juquila o a San José del Pacífico.
Cuando le preguntamos porqué había un bloqueo a la construcción en San Pablo, Abraham López dijo que la gente sentía que no se les había compensado adecuadamente por sus tierras. Dijo que hubo irregularidades en la manera en que el Comisariado de Bienes Comunales anterior había asignado los fondos del estado. Además de eso, los camioneros están exigiendo más dinero. Sin embargo, el presidente municipal dijo que creía que la construcción reiniciaría en dos semanas más.
José Luis Mera ya está listo para el turismo de Puerto a San Pablo. Este joven, quien habla un inglés fluido como resultado de haber vivido 12 años en los Estados Unidos, abrió El Patrón Sports Bar que ofrece cócteles como Sex on the Beach y bebidas exóticas como un coñac Remy Martin así como el mezcal local. No hay cobertura de celular ni internet en San Pablo así que la gente conversa entre sí. El tío de José Luis se quejó de cómo las cosas han cambiado para mal desde que él era un hombre joven cuando la gente trabajaba duro y comía sanamente. José Luis, de 28 años, dice que a él no le gustaría haber vivido en aquéllos tiempos.
Tras pasar la noche en San Pablo, en plena fiesta anual – cuatro brincolines para los niños y un baile popular que duró hasta pasada la media noche – nos pusimos en camino la mañana siguiente hacia San Vicente Coatlán. La cabecera municipal de San Vicente está a escasos 18 kilómetros de San Pablo en la supercarretera, pero no pudimos llegar a ésta desde San Pablo, y el trayecto por un camino alternativo nos tomó más de una hora. Pudimos, sin embargo, conducir durante algunos kilómetros de la carretera al sur de San Vicente, antes de tomar la desviación que lleva hacia el pueblo.
Ahora estábamos en el Valle Central y los bosques de pino fueron reemplazados por cactus. Aún más contrastantes son las diferencias entre la gente de los dos municipios adyacentes. Los pobladores de San Pablo son mayormente descendientes de personas que migraron desde distintas zonas del Valle Central tras la conquista española. Es decir que, a diferencia de sus vecinos, no hablan zapoteco y tampoco tienen costumbres ni identidad indígena. En San Pablo nos dijeron que San Vicente “es un pueblo cerrado”.
“Somos un pueblo cerrado”, me dijo con orgullo el presidente municipal de San Vicente, Miguel Chávez Osorio. Dijo que San Vicente tiene uno de los índices más altos de hablantes de zapoteco, él mismo incluido, y que la gente mantenía sus tradiciones. En efecto, nos percatamos de que algunas de las mujeres del pueblo llevaban vestidos que sólo hemos visto en guelaguetzas. San Vicente es conocido por sus blusas bordadas, su mezcal y el jarabe chenteño, un baile que se caracteriza por sus versos picarescos.
La supercarretera tendrá poco valor práctico para San Vicente, y ya hay una carretera pavimentada que conecta al pueblo con Ejutla. Por otro lado, Chávez Osorio teme que el entronque traiga delincuencia. También hará más difícil que los campesinos puedan llegar a sus campos.
No obstante, el problema más grande que debe encarar el municipio es la migración de sus habitantes a los Estados Unidos. Chávez Osorio dijo que la mayoría de la gente joven que se va nunca regresa y aquellos que lo hacen vuelven enfermos o con problemas de drogas. De hecho, el censo del 2010 muestra que sólo el 18% de la población de San Vicente está entre las edades de 15 a 29 años, comparado con el 25% para todo el estado y 30% para San Pedro Mixtepec. La población de San Vicente, según el censo del 2010, es de 3,964 personas, y la de San Pablo, de 4,167.
Fue un trayecto breve desde San Vicente por la supercarretera de cuatro carriles aun sin pavimentar hasta su última estación en Barranca Larga, Ejutla, donde se conecta con la carretera 175 a Oaxaca. La carretera 175 tiene cuatro carriles entre Barranca Larga y Oaxaca, pero sólo dos de Barranca Larga a Pochutla.
Eran las 5:30 del sábado por la tarde, exactamente 36 horas después de nuestra salida, cuando llegamos a nuestra meta, el final de la carretera. Entonces dimos la vuelta a la derecha sobre la 175 para emprender el camino de vuelta. Tras hacer paradas en Miahuatlán y San José del Pacífico finalmente regresamos a Puerto a las 2 a.m. Dejando de lado los retrasos de construcción, ese viaje de Ejutla a Puerto durará solamente un poco más de una hora para mediados de 2015.
Para mediados de febrero, la construcción en San Antonio Lalana y San Pablo Coatlán había sido detenida. (Ver ¡Viva Puerto! no. 11). Las autoridades locales todavía seguían exigiendo una mayor compensación por sus tierras al gobierno y el sindicato de camioneros todavía está pidiendo más dinero. Un ingeniero de ICA fue asaltado en Lalana. A estas alturas es imposible saber cuándo estará terminada la autopista, pero ICA y los gobiernos Federal y Estatal siguen comprometidos con el proyecto.
CORRECCIÓN
En ¡Viva Puerto! no. 11 informamos que todas las propiedades en San Antonio Lalana tenían escrituras. Mientras que algunas de las propiedades sí tienen dicho documento, la mayoría tiene actas de posesión emitidas por la Representación de las Tierras Propiedad de San Antonio Lalana. Sin embargo, la Representación sí tiene escrituras –emitidas en 1935– para todo su territorio. El hecho de que esta escritura sea o no válida está ahora bajo revisión judicial por parte del Tribunal Agrario de Oaxaca.