¿Qué pasa con la Tortuga Golfina?
Las tortugas marinas no son exactamente lindas como los venados o pandas, pero para ser reptiles de sangre fría ciertamente son reconfortantes. Si tiene la fortuna de atestiguar una arribada entonces verá a cientos de estas grandes y desgarbadas criaturas correr a tope de velocidad tortuga saliendo de entre la espuma del mar y hacia la playa, a veces a una buena distancia del agua. Estas tortugas hembra (los machos nunca salen del océano) rápidamente cavan hoyos profundos donde ponen alrededor de 100 huevos — uno por uno. Luego cubren el hoyo y regresan en carrera loca al mar. El proceso toma tan sólo una hora.
Las tortugas golfinas, para darles su nombre apropiado, viven en el océano donde los tiburones son su único depredador. Pero entre julio y diciembre las hembras regresan a la playa en donde salieron del cascarón para poner sus huevos. Cientos o miles se reunirán durante días en las olas a poca distancia de la costa y después, al recibir una misteriosa señal —usualmente en una noche sin luna— corren como locas a la arena. Cuarenta y cinco días después los huevos las crías saldrán del cascarón. Aunque algunas golfinas ponen sus huevos en lugares solitarios, la mayoría se une a la arribada.
Hace cincuenta años, las arribadas ocurrían en toda la costa del Pacífico mexicano; ahora debido al desarrollo costero y la matanza al por mayor de la tortuga golfina, solamente suceden en un lugar: el santuario de tortugas la Escobilla, media hora al sudeste de Puerto Escondido.
De 1960 a 1990, el rastro y planta de procesamiento de tortuga en San Agustinillo, junto a Mazunte, proveyó buena parte de la producción mundial de piel de tortuga para la fabricación de botas y bolsos, así como concha de tortuga para peines y armazones de lentes, por no decir de la carne y los huevos para el mercado mexicano. En esos días Mazunte era famoso por el hedor de los cadáveres putrefactos.
Las tortugas marinas han estado bajo la protección de varios tratados internacionales desde 1973 y fueron sumadas a la lista de especies en peligro de la Ley de Especies Amenazadas de Estados Unidos en 1978, pero no fue sino hasta 1990 que México prohibió la matanza de tortugas marinas y la recolección de sus huevos.
La Escobilla fue declarada santuario de tortugas en el 2002, y la playa es protegida por soldados. Los visitantes deben ir acompañados por guías autorizados del santuario.
Todavía hoy hay tortugas siendo masacradas en Oaxaca para el mercado negro de carne y huevos de tortuga, estos últimos considerados afrodisíacos. Pero gracias al ecoturismo mantener a las tortugas vivas se ha convertido en un activo económico, y San Agustinillo y Mazunte son ahora famosos por sus hermosas playas y muchos buenos hoteles y restaurantes, mientras que Escobilla ofrece cabañas y sitios de campamento a los turistas.
La Escobilla es una cooperativa autorizada de ecoturismo atendida por miembros de la comunidad local. El restaurante está abierto de 8 a.m. a 6 p.m. de lunes a sábado, y hay cabañas nuevas y confortables. Las actividades incluyen caminatas y paseos en canoa en su laguna con manglar. El centro se encuentra a un costado, en el km 181 de la Carretera Costera. Se puede llegar allí en el autobús que va a Pochutla.
No es posible planear una arribada, debido a la naturaleza impredecible de las tortugas, pero si está en el santuario cuando ocurra una, un guía autorizado lo puede llevar en vehículo a la playa.