![Las aguas
termales
de Atotonilco](../../vp25/images/springs.jpg)
Las aguas termales de Atotonilco
El viaje a las aguas termales empieza en el pueblo de San José Manialtepec, a 30 minutos de Puerto Escondido por la Carretera costera rumbo a Pinotepa Nacional. Allí, nuestro guía, Javier Santos, se arregló con los dos guías y los caballos que nos llevarían al lugar.
Mis hijos mayores, Jhoset, de siete años, y Abiel, de seis, montan por primera vez en caballos individuales. Natanael, de cuatro, monta conmigo. Los niños se sienten en el cielo. Jhoset grita alegremente, “¡Esto es lo máximo!”
![Las aguas
termales
de Atotonilco](../../vp25/images/kids.jpg)
Así comienza el paseo donde cruzamos el río Manialtepec siete veces, rodeados de frondosos árboles y paisajes tan encantadores que inundaban nuestra vista y hacían que nuestros corazones vibraran al visitar un lugar tan hermoso. Mi esposa, Ruth Belén, no paraba de tomar fotos.
![Las aguas
termales
de Atotonilco](../../vp25/images/photos.jpg)
Posteriormente llegamos al verdadero paraíso de Puerto Escondido —un paraíso donde hay tres estanques de agua caliente que se llenan de un manantial y un riachuelo de agua fresca que baja del cerro—.
![Las aguas
termales
de Atotonilco](../../vp25/images/springs2.jpg)
Yo titubeé, pues el agua estaba muy caliente, pero los niños fueron más valientes. Comenzaron a introducir sus piecitos al agua y poco a poco sumergieron sus cuerpecitos por completo, volviendo a gritar, “¡Esto es lo máximo!”. Cuando los alcancé en el estanque, comprendí que sí, realmente era lo máximo.
Incluso queríamos quedarnos a vivir ahí, no queríamos saber nada más de la ciudad, pero debíamos volver a casa. Durante nuestro regreso, mi pequeño Natanael llevaba la rienda del caballo, él lo dirigía y encaminaba por donde quería pasar, pues yo ya le había enseñado a montar y eso lo hizo muy feliz.
![Las aguas
termales
de Atotonilco](../../vp25/images/jose.jpg)