El mundo alternativo de la Punta de Zicatela
Madeleine Maraboli estaba en camino a Palenque en Chiapas cuando llegó con su novio a La Punta de Zicatela en julio. Por ahora han cambiado todos sus planes. Habían salido de la Ciudad de México en junio para viajar en coche por la costa del pacífico en busca de buenos lugares para surfear y para escaparse de todo. Empezaron en San Pancho (San Francisco), Nayarit y siguieron a La Tica, Michoacán. Pasaron cuatro días en Playa Michigan en Guerrero antes de llegar a Puerto.
La nativa de Cancún de 24 años de edad ya sabe del mundo. Después de estudiar comunicación en la Universidad Iberoamericana, viajó a Tailandia y Myanmar. También fue estudiante de intercambio en Japón. A ella le gusta mencionar que su mamá es de Chihuahua y su papá de Chile, mientras la mamá de su novio mexicano es brasileña y su papá taiwanés.
ENTRE EL MISTICISMO, las olas y el flujo de gente, La Punta se mantiene en movimiento aún en tiempos de COVID. Cada día hay eventos, los viajeros, ahora transformándose en locales, se topan en la calle y se preguntan ¿dónde hay fiesta hoy? ¿Por qué, mientras el mundo está en stand by en casi todas sus actividades sociales, La Punta continúa como si nada?
Se ha comenzado a gestar una comunidad de “estancados” –personas que tuvieron alguna complicación regresando a sus países o soñadores de la Ciudad de México hartos de estar encerrados– que salieron a buscar una conexión natural y nuevamente social.
El doce de octubre el municipio de Colotepec cerró todas sus playas, incluyendo La Punta, Zicatela y la Bahía Principal. También inició la ley seca y prohibió las fiestas. Estas medidas fueron programadas para terminar el 1 de noviembre.
Muchos viajeros se fueron a Mazunte y Zipolite o a San José del Pacífico. Un hostal, que estaba completamente lleno con 35 huéspedes en agosto y septiembre, se quedó con solo nueve huéspedes en octubre.
Las fiestas se trasladaron a Bacocho.
No cerraron las playas de San Pedro Mixtepec (Puerto Angelito, Carrizalillo y Bacocho), pero el 16 de octubre se estableció una multa de $150 por no usar cubrebocas en sitios públicos, incluso en las calles./p>