Cuando Fonatur llegó a Puerto Escondido
De nuestros archivos, invierno 2019
El 21 de julio 1970, el Presidente Díaz Ordaz firmó el decreto de expropiación de 1,329 hectáreas de Puerto Escondido, desde La Punta Zicatela hasta el Cerro de la Vieja (cerca de Chila) con el propósito de crear una “Plataforma Turística”.
Esta tierra, la cual era previamente comunal, se convirtió en privada y a los dueños se les entregaron escrituras públicas a través del Fundo Legal de Puerto Escondido o el FIPE (Fideicomiso de Puerto Escondido).).
La historia comienza a finales de los 60s. Acapulco se ha convertido en un famoso destino turístico internacional (recuerda a Elvis Presley en Fun in Acapulco, una película que salió en 1963) y México quiere expandir la industria turística de sus playas. El Banco de México, con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo, envía a dos jóvenes banqueros a explorar toda la costa de la República. El objetivo era descubrir las mejores playas vírgenes que pudieran convertirse en resorts turísticos.
Los exploradores regresaron con una lista de seis: Loreto, Los Cabos, Zihuatanejo, Puerto Escondido, Huatulco y Cancún. Puerto Escondido, Cancún y Zihuatanejo eran los favoritos. Así fue que en 1970, Cancún, Ixtapa (Zihuatanejo) y Puerto Escondido fueron expropiados por el gobierno federal para desarrollar el turismo.
Puerto tenía mucho que ofrecer: maravillosas playas, buen clima y una población de 3,428 personas, de acuerdo al censo de 1970. La carretera federal 200 se había ampliado en 1960 de Acapulco a Salina Cruz. Pero no existía ningún otro camino pavimentado. La carretera 131, la única que llevaba a la capital, era de terracería. Sin embargo, existía una pista de aterrizaje en Rinconada. Pero Zicatela era una selva virgen, con árboles de huizache de largas espinas y mezquites. Había tigrillos, coyotes, conejos, unos venados y muchos alacranes.
El Banco de México financió al recién establecido Fonatur (Fondo Nacional de Fomento al Turismo) que se encargaría de comprar la tierra y desarrollar la infraestructura (caminos, aeropuertos, agua potable, electricidad, drenaje, etc.). En el caso de Oaxaca, Fonatur trabajó con el Gobierno de Oaxaca (Fundo Legal de Puerto Escondido, después FIPE) y Fifonafe (el Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal) para desarrollar las tierras expropiadas que iban de la Punta de Zicatela al Cerro de la Vieja (cerca de Chila) y subía al norte hasta la 9ª Norte donde se encuentra la actual Escuela Secundaria Técnica 86.
¿Qué falló? ¿Por qué Fonatur decidió abandonar Puerto en 1980 para desarrollar Huatulco? Al contrario de la leyenda local, el problema no fue con Colotepec, según Rigoberto Pacheco, el contador público de Fonatur de 1976 a 1981. Más bien, el punto de fricción fue un propietario estadounidense de las tierras de Zicatela, actualmente colonia Tamarindos, que no quiso vender. (Aún cuando la tierra es expropiada, se debe comprar y al vendedor se le otorgan otras tierras dentro de la zona expropiada).
Santa María Colotepec había cedido su reclamo a Puerto Escondido, incluyendo todo Zicatela, a San Pedro Mixtepec en una reunión con el gobernador Víctor Bravo Ahuja en 1969 donde se lo ofreció a cambio electricidad, agua potable, caminos y un centro de salud. Estos proyectos serían pagados por el Estado a través del Fundo Legal de Puerto Escondido en un término de cinco años. El Estado no cumplió con los términos del acuerdo, pero no fue sino hasta 1984 que Colotepec intentó recuperar el territorio. (Ver ¡Viva Puerto! #25.)
Don Rigo apunta que Huatulco era la segunda opción de Fonatur, más que nada porque es más caluroso que Puerto. Ya en 1980 Fonatur había construido nuestro aeropuerto. En ese entonces consistía de una pista pavimentada de 1600 metros con capacidad de aterrizaje de aviones de hélice DC3 y Convair. Pero con 20 hectáreas de tierra donada, Fonatur pudo extender la pista en 1984 para recibir jets.
¿Por qué —pregunté— se construyó Bacocho (el único desarrollo de Fonatur en Puerto) tan lejos de la costa? La respuesta fue sencilla; los inversionistas locales como Robert Jones ya eran dueños de las propiedades con playa y habían planeado desarrollarlas. Pero Bacocho pertenecía a agricultores quienes estaban alegremente dispuestos a vender. Los dueños de la tierra en la Playa Principal acordaron con el Estado el mantener sus propiedades, lo que explica por que nunca se construyeron grandes resorts ahí.
Bacocho fue diseñado para proveer viviendas —con electricidad, agua potable y drenaje— a los profesionales —doctores, abogados, empresarios, etc.— necesarios para convertir a Puerto en una plataforma turística, pero su playa fue reservada para hoteles. Por el año 1980, Fonatur había construido el Hotel Viva (ahora Posada Real), el primer hotel resort en Puerto y el club de playa Cocos.
Otros proyectos, nunca cumplidos, incluían un campo de golf arriba de la playa Bacocho, una reserva ecológica en Punta Colorada, una zona hotelera, e instalaciones recreativas y deportivas.
En 1989, el Gobernador Heladio Ramírez López reconoció el reclamo del municipio de Sta. María Colotepec de la tierra al este de la Av. Oaxaca, incluyendo la Bahía Principal y Zicatela, que antes le había cedido al municipio de San Pedro Mixtepec. El área ya está denominada “zona de conflicto.”
Bienes Comunales de San Pedro Mixtepec tienen planeado desarrollar la costa de Chila. Esto incluye un malecón de 7.5 km con cuatro accesos desde la carretera. Habrá una marina. Mientras tanto, la lucha con Vivo Resorts continúa según nos comentó Javier Cruz Jiménez, Presidente de Bienes Comunales. La compañía canadiense no adquirió las actas de posesión de la tierra y no solicitó el cambio de uso de suelo, de cultivo a residencial. Reservando una franja de 40 metros a lo largo de la zona federal, Bienes Comunales trabaja en asegurar el acceso público a sus playas.